El director general de Seguros y Fondos de Pensiones, Sergio Álvarez, reconoció ayer, durante su participación en la Jornada de Perspectivas de ICEA, que la Inteligencia Artificial (IA) tiene unos efectos “extraordinarios formidables” en términos de eficacia operativa y en términos de gestión de riesgos, pero tiene también unos riesgos propios igualmente formidables que exigen un acercamiento a las principales necesidades de seguimiento de su evolución y aplicación en el ámbito de los servicios financieros en general y los seguros en particular.

En primer lugar, sobre el gobierno de la IA. “La decisión que adoptan las máquinas tienen que ser explicables y tienen que ser conocibles por parte de los operadores económicos y de los supervisores, que tienen compromisos de protección de los asegurados”, comentó. Y además, “el uso ético de las decisiones de la IA es un momento trascendental para el éxito de esta parte de la digitalización de las entidades”.

Debido a la preocupación por todos estos asuntos, existe una propuesta normativa en la Unión Europea sobre un Reglamento de Inteligencia Artificial de carácter transversal para toda la actividad económica. En este punto se plantea una disyuntiva “importante” en términos de supervisión y es la de a quién asignar la supervisión de estos aspectos en el ámbito de los servicios financieros: a las nuevas autoridades de vigilancia de la IA en general o a los supervisores financieros sectoriales.

Si finalmente son a las autoridades de IA a las que les encomienda, “tendríamos seguramente una serie de solapamientos en materia de supervisión de riesgos”, comentó Álvarez . “El debate está abierto. Es muy interesante y desde luego tiene que evolucionar de una manera que sea eficiente desde el punto de vista operativo y muy protector de los derechos de los ciudadanos”, concluyó.